Recordemos que la órbita es la cavidad ósea donde está alojado el globo ocular, los músculos que lo mueven, el nervio óptico y la grasa que rellena el espacio existente entre todas esas estructuras. Una lesión tumoral puede originarse en cualquiera de estos tejidos y puede ser benigna o maligna.
¿Qué síntomas producen estos tumores?
Como la órbita es una cavidad cerrada la aparición de un tumor empujará al globo ocular. Por ello el signo más común es la proptosis, o sea, el desplazamiento del globo ocular. Además puede aparecer visión doble, dolor ocular, caída del párpado o pérdida visual.
¿Cómo se sabe si el tumor es benigno o maligno?
La rapidez en el crecimiento, el cuadro clínico y los estudios de imágen (TC de órbita, RMN) permiten establecer un diagnóstico de presunción. El diagnóstico de certeza será emitido por el patólogo tras la extirpación parcial o completa del tumor.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento es variable según el caso. Depende de su naturaleza y localización. Se pueden tratar mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia.